El abuso sexual en las casas-hogar/asilos para ancianos es un hecho grave que por desgracia a menudo es también ignorado. El año pasado, un equipo de noticias locales del estado de Florida completó una verificación de los sitios web de delincuentes sexuales del estado, y encontró que alrededor de ochenta delincuentes sexuales vivían en casas-hogar para ancianos del estado de Florida. Un periodista de investigación descubrió que en muchos casos, los demás residentes y sus familiares ignoraban que un delincuente sexual se encontrara dentro de estas instalaciones.
Si bien es cierto, que los padres de familia tienen la precaución de checar con frecuencia las bases de datos estatales para localizar a los delincuentes sexuales, y muchas veces, hasta están dispuestos a tomar medidas en conjunto para que se impida —por orden judicial— que delincuentes sexuales se muden a vecindarios en donde habitan menores. Es un hecho lamentable que no se acostumbre tomar las mismas precauciones con los residentes de las casas-hogar para ancianos, ya que ellos también son personas muy vulnerables.
En ocasiones, los residentes de las casas-hogar para ancianos sienten como si su única alternativa fuera vivir con los otros residentes. Si un acosador sexual se encuentra dentro de la institución, la mayoría de las veces es difícil que los residentes se puedan defender. Para algunos residentes es vergonzoso reportar un abuso sexual, y muchos pacientes de las casas-hogar para ancianos tienen acceso ilimitado a las habitaciones de los demás, de esta manera los acosadores pueden entrar y salir prácticamente sin control. En algunos casos los residentes de las instituciones son personas discapacitadas o que no pueden protegerse solas. Esto las hace en particular vulnerables al maltrato y abuso en las casas-hogar para ancianos. Además, en caso de abuso sexual el adulto mayor puede ser lastimado físicamente de gravedad y como consecuencia de la agresión, sufrir fracturas o lesiones de la cabeza; entre otras lesiones graves.
Los familiares pueden asegurarse de que sus seres queridos están a salvo de diferentes maneras. Checar las bases de datos de delincuentes sexuales es una forma de garantizar que su ser querido no cohabitará con ellos. Asimismo, es importante hablar de los residentes peligrosos con los propietarios y administradores del hogar en el que esté usted interesado. Todas las casas-hogar para ancianos afirmarán que cuidan a sus residentes, no obstante, consiga una política escrita con respecto a delincuentes sexuales. ¿Cree usted que la institución dará a conocer el estatus de delincuente sexual de sus residentes? ¿Aceptara sólo a delincuentes sexuales minusválidos? ¿Tendra antecedentes de algún hecho violento o criminal? Para poner en claro estas interrogantes, tal vez necesite contratar a un investigador que lleve a cabo una verificación de antecedentes. Sin embargo, bien vale la pena asegurar el bienestar de un ser querido.
Existen otras medidas que pueden tomar los familiares para ayudar a proteger a sus seres queridos en las casas-hogar para ancianos. Algunas familias se han unido para solicitar una nueva legislación y nuevas normas. Algunas otras piden más transparencia de la ubicación de los acosadores sexuales. Otras piden que los ancianos delincuentes se alojen por separado para asegurar que los acosadores no habitarán con sus seres queridos. Usted puede unirse a alguno de los movimientos o escribir a su gobernador y solicitar que se lleven a cabo las reformas.
Si tiene a un ser querido en una casa-hogar para ancianos, es muy importante mantenerse en constante comunicación con él. Visitarlo con regularidad ayudará a que usted note cambios repentinos —como retraimiento o depresión— que pueden ser indicios de abuso o enfermedad. Síntomas físicos —como lesiones— que deben investigarse a fondo. En muchos casos, los familiares pueden notar y prevenir que los abusos continúen con una simple observación.