Las lesiones cervicales son de las lesiones personales más frecuentes y desafiantes que provocan los accidentes automovilísticos. Los que sobreviven al accidente están propensos a sufrir lesiones cervicales, ya que al usar los cinturones de seguridad los cuerpos se mantienen firmes. En una colisión, la cabeza y el cuello sufren movimientos violentos mientras que el cuerpo permanece sujeto. Incluso, cuando se libera la bolsa de aire, la cabeza del pasajero puede ser empujada hacia adelante directo a la bolsa de aire con gran fuerza, provocando que los pasajeros sean propensos a sufrir una lesión cervical.
El cuello es una parte muy importante y compleja del cuerpo. Los médicos y cirujanos tienen accesos limitados a muchas zonas de esta área, por lo tanto, muchas de las lesiones cervicales resultan ser permanentes o complicadas. Además, ya que el área cervical está en constante movimiento y sostiene la cabeza, cualquier tipo de lesión en esta zona, puede ser sumamente grave. De las lesiones más graves, las lesiones cervicales son las que conducen a fatalidades. Los que sobreviven a dichas lesiones, a menudo, quedan con daños de por vida.
Entre los tipos de lesiones cervicales más comunes que surgen por accidentes automovilísticos se encuentran:
1) Nervios prensados. Los nervios se pueden prensar debido a la fractura de vértebras o discos. Cuando los nervios se dañan, por lo general, el dolor es sumamente intenso. Además, muchos nervios del área cervical están vinculados con la médula espinal y los brazos; lo que significa que los pacientes que padecen de nervios prensados, en ocasiones, sienten fuerte dolor en un brazo o sensación de adormecimiento o debilidad debido a una lesión cervical. Los nervios prensados también impiden la movilidad por el dolor que provocan.
2) Esguince cervical. Los ligamentos conectan a las vértebras cervicales. Cuando estos ligamentos se desgarran, se estiran, o de algún otro modo se dañan, originan un esguince cervical. El esguince cervical es sumamente doloroso, también provoca rigidez en el cuello que puede extenderse hasta la espalda.
3) Hernia de disco cervical. Las vértebras cervicales están protegidas por tejido blando, que también protege a los discos de la misma área. Cuando el tejido se daña o desgarra, parte del disco que el tejido protege, sobresale en la columna vertebral, ejerciendo presión sobre los músculos y nervios. Una hernia de disco es muy dolorosa. La mayoría de las personas que la padecen sienten rigidez y dificultad para moverse.