De todas las lesiones personales posibles que se pueden sufrir en un accidente automovilístico, la fractura ósea puede parecer simple, ya que la mayoría de los accidentes automovilísticos causan lesiones de por vida —como las lesiones cerebrales— o incluso fatalidades. No obstante, las fracturas óseas pueden ser graves. En algunos casos podrían provocar parálisis o incluso la muerte.
Las fracturas óseas se encuentran entre las lesiones más comunes que sufren las víctimas de accidentes automovilísticos. En un choque es muy probable que los pasajeros sean sacudidos bruscamente en el interior del auto, y si llegaran a golpearse con superficies sólidas —como el tablero— el impacto podría provocarles una fractura ósea. Además, si en un accidente de camión o accidente automovilístico grave, se llegara a comprimir una sección del vehículo, parte del cuerpo de un pasajero pudiera quedar atrapada en ese sitio, en donde se ejerce demasiada presión, por lo cual podría fracturarse un hueso.
Entre los tipos de fracturas óseas más comunes que se experimentan en accidentes automovilísticos se encuentran:
1) Fracturas cervicales. El cuello es vulnerable en un accidente automovilístico, ya que por lo general la cabeza se agita en todas direcciones debido al impacto del choque. Si el pasajero lleva puesto el cinturón de seguridad, parte de su cuerpo estaría protegida pero su cabeza se movería aún más. Las bolsas de aire pueden ayudar a disminuir el riesgo, sin embargo la fuerza de agitar con brusquedad la cabeza de una persona podría provocar una fractura cervical. Este tipo de fractura es la más grave. Puede ocasionar fatalidades, lesiones de por vida y parálisis. Si la cabeza se sacude podría resultar tanto una lesión cerebral, como una fractura cervical.
2) Fractura mandibular. Una vez más, ya que la cabeza no está protegida al igual que el resto del cuerpo, los huesos que comprenden el cráneo son especialmente vulnerables en un accidente automovilístico. Los pasajeros que viajan en el asiento delantero son los más expuestos, ya que podrían ser empujados, con mucha fuerza, contra la superficie dura del tablero en el momento del choque, sobre todo cuando las bolsas de aire no se liberan.
3) Fractura de extremidades. Las fracturas de extremidades figuran entre las más comunes en un accidente. Esto se debe a que los brazos pueden estar en movimiento mientras el auto circula. Cuando ocurre un accidente, si una persona va haciendo algo con sus manos, éstas podrían agitarse en el aire con violencia y dar lugar a una fractura. Si al momento del impacto, un pasajero lleva sus brazos fuera del auto, es muy probable que sufra una amputación o fractura. También los pasajeros tienden —por instrucción— a cubrir sus caras con los brazos al momento del impacto. Si bien es cierto que con ello se protege la cabeza, asimismo podrían generarse fracturas en toda el área del brazo. Las fracturas en las pierna también son bastante frecuentes para los pasajeros que viajan en el asiento delantero porque sus piernas quedan abajo del tablero, la cual es un área muy riesgosa en un accidente automovilístico, sobre todo en los modelos compactos.
En los casos más graves, las fracturas óseas pueden ser mortales o provocar parálisis. Sin embargo, incluso las personas que han sobrevivido a un accidente automovilístico y que han sufrido nada más la fractura de un brazo o pierna, pueden sentir mucho malestar y perder ingresos debido a su incapacidad.