De acuerdo con las estadísticas del año 2010 del National Law Enforcement Officers Memorial Fund, (Fondo Nacional en Memoria de los Agentes de Policía) el estado de Florida ocupa el cuarto lugar —despues de los estados de Texas, California, e Illinois— por la cantidad de fatalidades de agentes del orden público. En todo el país, el índice de fatalidades policiales se incrementó 40% entre el año 2009 y el 2010. En algunos casos, las fatalidades fueron producto de la violencia armada. Por ejemplo, en el estado de Florida, tres agentes de policía perdieron la vida por disparos de arma de fuego cuando hacían paradas de tráfico.
Sin embargo, los accidentes automovilísticos y las fatalidades de tráfico en el estado de Florida, parecen contribuir de manera significativa a las fatalidades policiales. De los ciento sesenta fallecimientos de agentes de las fuerzas del orden público que se registraron en todo el país, setenta y tres de ellos perdieron la vida en accidentes de tráfico y muchos más resultaron lesionados de gravedad. De acuerdo con los expertos, el motivo del alto índice de accidentes se debe a que los agentes de policía, muchas veces se ven obligados a ir a toda velocidad y a tomar decisiones peligrosas tras el volante de su patrulla para salvaguardar la seguridad pública. Por ejemplo, para detener a un criminal peligroso, la policía puede tomar parte en una persecución. Por desgracia, conducir a altas velocidades puede ocasionar, con facilidad, accidentes y también puede dañar a los transeúntes.
De acuerdo con los peritos en tránsito terrestre, el aumento del flujo vehicular y el mayor número de conductores distraídos, hacen que todo el mundo tenga más probabilidades de sufrir accidentes automovilísticos, sobre todo los profesionales de las fuerzas del orden público quienes podrían conducir mucho tiempo como parte de su trabajo. Algunos expertos, han incluso cuestionado, si la presencia de ordenadores en los auto patrullas está contribuyendo a los accidentes por distraer a los agentes de policía.
Muchos instructores de conducción que imparten enseñanza vial a agentes de policía y a muchas dependencias de la administración pública en todo el país, establecen nuevas normas sobre las persecuciones policiales con el objetivo de mejorar la seguridad pública. Sin embargo, en algunos casos, el peligro para el público es mayor que el de la persecución de un sospechoso. En estos casos, la policía tiene la obligación de perseguir al sospechoso, incluso, si él o ella, conduce con imprudencia temeraria y agresiva que convierta la persecución en una amenaza, tanto para el policía como para el público.